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Cerámica

Hablar de cerámica en Calanda, es hablar del Barrio de Las Cantarerías, lugar donde tradicionalmente residían y trabajaban los alfareros o cantareros de la localidad.
La particularidad de la cerámica de Calanda es el material empleado, arcilla roja, y la forma de moldear, sin torno. Los instrumentos de trabajo son una especie de cono truncado de un metro de altura, construido por ellos mismos, también de barro cocido, con la parte ancha hacia abajo y unos orificios a ambos lados para poder transportarlo. Sobre él colocan lo que llaman «platillo», que es una placa redonda plana y algo gruesa de tres patas anchas y cortas que se apoyan en el cono. Encima de él colocan la masa y una vez modelada se quita con el platillo y se deja a secar.
Para modelar no usan el torno del alfarero, lo hacen a mano por una paleta y una media esfera con mango en la parte plana, hechas también por ellos.
Los recipientes se hacen por partes que después unen. Comienzan por la base poniendo la masa en el platillo y girando el cantarero alrededor de él. Con la paleta en la mano derecha golpea el exterior y con la media esfera en la izquierda para en el interior los golpes.
Hacen tinajas, cuezos o cocios, cántaros y macetas. Su decoración puede ser de tres clases: pintura, relieve e incisiones. La pintura se usa generalmente en los cántaros y consiste en bandas circulares hechas con polvos de manganeso, disueltos en agua. El relieve se practica en la panza y cuello de las tinajas y cocios. Las incisiones alrededor de las vasijas con una simple caña, quedando un dibujo de rayas discontinuas.
La cerámica de Calanda es heredera de la que hacían los moriscos. Puede que incluso sea más antigua. A los moriscos los expulsan en el año 1.610. Los moriscos calandinos, en su destierro, marcharon a Aguaviva, y de allí al puerto de los Alfaques en Tortosa, desde donde embarcaron hacia Túnez y fundaron un pueblo llamado Polvera.
La cerámica de Calanda es fácilmente reconocible por las tres franjas oscuras que decoran todas las piezas Las rayas negras de la cerámica, eran una leyenda que en árabe decía: «ALA AK BAR (ALA ES GRANDE)». Al marchar los moriscos, los cristianos siguieron ésta artesanía, y como no sabían árabe hicieron las tres rayas negras.
Las cantererías son la industria más antigua en Calanda. Lo curioso es que hayan permanecido insensibles al progreso de éste arte hasta el extremo de que, habiendo a finales del siglo pasado introducido el torno, fue posteriormente desechado. Asombra pensar que los alfareros calandinos tardasen 2.000 años en conocer el torno desde que fue introducido en España, y que tras conocerlo lo desechasen, a pesar de la rapidez y comodidad que proporcionaba. Se trata, pues, de un artesanado del hombre primitivo.